Después de un viaje de dos horas por la carretera entre la selva pasando por pequeños pueblecitos se nos descubre ante nosotros una gran ciudad, mucho más grande de lo que esperábamos sobre todo en extensión, aunque el casco histórico es bastante pequeño. Todas las casas son de un piso...hay una mezcla entre la Estación Central y el Barrio Brasil en Chile...en España no creo haber visto ningún lugar medio parecido.
Bueno, el hotel muy bien, con unas vistas hermosas a la ciudad, disfrutamos de las vistas, el menú a la hora de comer, muy rico y la piscina que aunque no era muy grande si nos vino muy bien para el calor abrasador que hizo todos los días que nos quedamos.
La vista desde nuestra ventana del hotel |
Caminando por las calles Mérida nos sorprendió gratamente, es una ciudad muy colonial, con vida propia, con Turismo Nacional, cálida, acogedora, el centro histórico muy lindo, con Iglesias, restaurantes y mucho comercio vendiendo las típicas Guayaberas. Probamos la auténtica comida mexicana o Yucatense, mmmm deliciosa, la verdad es que nos dimos nuestros privilegios gastronómicos. Hubo un restaurant que practicamente repetimos todas las noches, muy lindo, con un patio interior lleno de plantas y productos típicos mexicanos en el cual se encontraban las mesas, con música tradicional, se comía de maravilla.
Como realmente el centro era pequeñito y lo recorrimos varias veces, decidimos ir a conocer la playa de El Progreso a unos 40 minutos al Norte de Mérida, es la Playa a la que van toda la gente de la Capital nada más empezar las vacaciones de verano (acá aún estaban en época escolar)...una especie de los Narejos en España o Cartagena en Chile...pero con la arena dorada y el tibio Mar Caribe. Nos sorprendió un restaurant chulisimo, estaba en la Playa, pero tenía una piscina incluida para los niños, asi mientras comes los niños están bañándose la mar de entretenidos, pero lo mejor es que nos pedimos dos cervezas y nos pusieron 7 tapas!!!! (gratis estilo Granada) de ceviche, pulpo y muchas exquisiteces mexicanas, mmmm, luego cayó un margarita y unas cuantas tapas más. De lujo jejejeje!!
Si, la verdad es que es hermosos pero pequeño y con el calor que hacía nos apetecía más Playita, así que llamamos al próximo Hotel el de la playa para aumentar una noche más y en vez de quedarnos 4 noches aquí dejarla solo en 3, pero no pudimos el hotel de la playa estaba completo, al 100% y no pudieron añadirnos otra noche...vaaaayaaaa.
Y para no quedarnos con las ganas de nado, nos fuimos al día siguiente a hacer tour de Cenote, hay cientos por esta zona, llegamos al Cenote San Ignacio...después de bajar por una larga escalera hacia el centro de la tierra...literalmente jejeje. Llegamos a una cueva de agua cristalina llena de Murciélagos y Peces sin ojos...el calor y la humedad dentro era sofocante, así que o te metías o te metías al agua para no afixiarte...Laura no paraba de gritar "Estoy en una cuevaaaaaaaaaa...tengo miedooooooooo" después por supuesto no se quería salir...el agua estaba muy muy fría.
Fue un día muy entretenido y la vuelta aún más!! Nos pillo una tromba de agua impresionante, todas las calles inundadas, la llegada al hotel se convirtió en una aventura...lo lindo es que después se quedó una tarde hermosa con imágenes como ésta.
Al día siguiente nos espera un viaje de 5 horas a Akumal...último destino
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